"Da
werde ich wohl tüchtig zupacken müssen!",
dachte er, und er packte zu. Aber während
er das Wahre suchte, kam der Teufel, der
Vater der Lüge und die Lüge selbst.
Gern hätte er dem Seher gleich beide
Augen ausgeschlagen, aber das wäre
zu grob gewesen; der Teufel geht feiner
zu Werke. Er ließ ihn das Wahre suchen
und das Gute zugleich, aber während
er sich danach umblickte, blies ihm der
Teufel einen Splitter ins Auge, ja in beide
Augen, einen Splitter nach dem anderen;
das ist nicht gut für das Gesicht,
selbst nicht für das beste Gesicht.
Dann blies der Teufel die Splitter auf,
bis sie zu einem Balken wurden, da war es
mit den Augen vorbei, und der Seher stand
gleich einem blinden Manne mitten in der
weiten Welt und traute ihr nicht mehr. Er
gab seine gute Meinung über sie und
sich selbst auf, und wenn man beides, die
Welt und sich selbst aufgibt, ja, dann ist
es wirklich mit einem vorbei.
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«Hay
que aprovechar la ocasión», pensó,
aprestándose a la acción; pero
mientras buscaba la verdad se presentó
el diablo, que es el padre de la mentira,
mejor dicho, la mentira misma. Muy a gusto
habría arrancado los ojos al vidente,
pero la acción hubiera sido demasiado
directa. El diablo trabaja con más
diplomacia. Le dejó, pues, que siguiera
buscando lo verdadero y lo bueno y que a veces
los encontrara incluso, pero mientras lo estaba
mirando le sopló una astilla en cada
ojo, uno tras otro, lo cual no es nada indicado
para la vista, por excelente que sea.
Y la astilla que el diablo le sopló
se le convirtió en una viga, y ello
en cada ojo, por lo que nuestro vidente se
quedó como ciego en medio del vasto
mundo y perdió la fe en él.
Abandonó su buena opinión del
mundo y de sí mismo, y esto, cuando
le sucede a uno, ya puede decirse que está
acabado. |