Seite 13: Der Zwerg Nase (El enano Narizotas) |
deutscher Text | testo italiano |
Da lag
er auf dem Sofa des alten Weibes und blickte
verwundert umher. "Nein, wie man aber
so lebhaft träumen kann!", sprach
er zu sich, "hätte ich jetzt doch
schwören wollen, daß ich ein
schnödes Eichhörnchen, ein Kamerad
von Meerschweinen und anderem Ungeziefer,
dabei aber ein großer Koch geworden
sei. Wie wird die Mutter lachen, wenn ich
ihr alles erzähle! Aber wird sie nicht
auch schmähen, daß ich in einem
fremden Hause einschlafe, statt ihr zu helfen
auf dem Markte?" Mit diesen Gedanken
raffte er sich auf, um hinwegzugehen; noch
waren seine Glieder vom Schlafe ganz steif,
besonders sein Nacken, denn er konnte den
Kopf nicht recht hin und her bewegen; er
mußte auch selbst über sich lächeln,
daß er so schlaftrunken war; denn
alle Augenblicke, ehe er es sich versah,
stieß er mit der Nase an einen Schrank
oder an die Wand oder schlug sie, wenn er
sich schnell umwandte, an einen Türpfosten.
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Allí
estaba, en el sofa de la vieja y asombrado
miró a su alrededor. -¡Increíble,
cómo se puede tener sueños tan
vivos!, dijo para sí, -pero si hubiese
podido jurar que estaba hace un instante convertido
en una miserable ardilla, en un compañero
de los conejillos de Indias y otros bichos,
y, encima, en un gran cosinero. ¡Cómo
se va a reír mi madre cuando le cuento
todo! ¿Pero no me censurará
también que me haya quedado dormido
en una casa ajena en lugar de ayudarle en
el mercado?- Con estos pensamientos cobraba ánimo para ponerse en marcha. Sus miembros estaban todavía muy entumecidos por el sueño, en especial la nuca, porque no podía mover bien la cabeza hacia los lados. Tuvo que reírse incluso de sí mismo por estar tan amodorrado, ya que a cada momento, antes de lo que esperaba, tropezaba con la nariz en un armario o en la pared, o bien chocaba con ella en una de las jambas de la puerta si se daba la vuelta con rapidez. Las ardillas y los conejillos de Indias corrían gimotenado a su alrededor, como si quisieran acompañarle; él también les hizo una invitación en serio cuando estaba en el umbral, porque eran animalillos graciosos, pero sobre sus cáscaras de nuez volvieron a entrar con rapidez en la casa, y ya sólo los oía lloriquear en la lejanía. |
Vokabular | |
schwören = jurar | |
das Ungeziefer = los bichos | |
schmähen, hier: rügen = censurar | |
sich aufraffen = cobrar ánimo | |
der Nacken = la nuca | |
schlaftrunken = amodorrado | |
der Türpfosten = la jamba | |
winselnd = gimotenado | |
die Schwelle = el umbral |
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