Seite 20: Die Galoschen des Glücks | Dritte Geschichte - Des Wächters Abenteuer




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In wenigen Sekunden war der Wächter die 52 000 Meilen zum Mond hinauf gefahren, der, wie man weiß, aus einem viel leichteren Stoff geschaffen ist als unsere Erde und weich wie frischgefallener Schnee.

Er befand sich auf einem der unzählbar vielen Ringberge, die wir aus Dr. Mädlers großer Mondkarte kennen. Denn die kennst du doch?
Innerhalb fiel der Ringberg steil ab in einen Kessel, der sich eine ganze dänische Meile weit hinzog.
Dort unten lag eine Stadt, die aussah, wie wenn man Eiweiß in ein Glas Wasser schlägt, ebenso weich und mit ähnlich gekuppelten Türmen und segelförmigen Altanen, durchsichtig und fließend in der dünnen Luft.

Unsere Erde schwebte gleich einer großen feuerroten Kugel über seinem Haupt. Da gab es viele Geschöpfe, die wir sicher mit "Menschen" bezeichnen würden, aber sie sahen ganz anders aus, als wir, sie hatten auch eine Sprache; aber niemand kann ja verlangen, dass des Wächters Seele sie verstehen konnte. Trotzdem konnte sie es.

En breves segundos recorrió nuestro hombre las cincuenta y dos mil millas que nos separan de la Luna, la cual, como se sabe, es de una materia mucha más ligera que nuestra Tierra; podríamos decir que tiene la blanda consistencia de la nieve recién caída. Se encontró en una de aquellas incontable montañas anulares que conocemos por el gran mapa de la Luna que trazara el doctor Mädler; lo has visto, ¿verdad? Por el interior era un embudo empinado que descendía una milla danesa, y en el fondo se levantaba una ciudad, cuyo aspecto podemos figurarnos si batimos claras de huevo en un vaso de agua; los materiales eran blandos como ellas, y formaban torres parecidas, con cúpulas y terrazas en forma de velas, transparentes y flotantes en la tenue atmósfera. Nuestra tierra flotaba encima de su cabeza como un globo de color rojo oscuro. Había muchos seres, que serían sin duda los que nosotros llamamos «personas»; pero su figura era muy distinta de la nuestra. Tenían también su lengua, y nadie puede exigir que un vigilante nocturno la entendiera; pues bien, a pesar de ello, resultó que la entendía.


Vokabular
der frischgefallene Schnee = la nieve recién caida
unzählbar = incontable
steil abfallen = ser empinado
das Eiweiß = la clara de huevo
durchsichtig = transparente






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