Da verlangte
      sie der Dummling zur Braut, aber dem König
      gefiel der Schwiegersohn nicht, er machte
      allerlei Einwendungen und sagte, er müßte
      ihm erst einen Mann bringen, der einen
      Keller voll Wein austrinken könne.
      Der Dummling dachte an das graue Männchen,
      das könnte ihm wohl helfen, ging hinaus
      in den Wald, und auf der Stelle, wo er
      den Baum abgehauen hatte, sah er einen
      Mann sitzen, der machte ein ganz betrübtes
      Gesicht. Der Dummling fragte, was er sich
      so sehr zu Herzen nähme. Da antwortete
      er: »Ich habe so großen Durst
      und kann ihn nicht löschen, das kalte
      Wasser vertrage ich nicht, ein Faß Wein
      habe ich zwar ausgeleert, aber was ist
      ein Tropfen auf einen heißen Stein?« »Da
      kann ich dir helfen«, sagte der Dummling, »komm
      nur mit mir, du sollst satt haben!« Er
      führte ihn darauf in des Königs
      Keller, und der Mann machte sich über
      die großen Fässer, trank und
      trank, daß ihm die Hüften weh
      taten, und ehe ein Tag herum war, hatte
      er den ganzen Keller ausgetrunken.
Entonces 
      la pidió Tontorrón como prometida, 
      pero al rey no le gustó como yerno 
      y le puso toda tipo de condiciones. Primero 
      pidió a Tontorrón que le trajera 
      a un hombre que fuera capaz beberse toda una 
      bodega llena de vino. Tontorrón se 
      acordó del viejo hombrecillo canoso, 
      que quizás pudiera ayudarle; se fue 
      al bosque a buscarlo, y en el sitio donde 
      había cortado el árbol vio a 
      un hombre sentado, con una expresión 
      muy triste en el rostro. 
      Tontorrón le preguntó qué 
      tomaba a pecho y el hombre contestó
      -tengo mucha sed y no puedo apagarla. No soporto 
      el agua fría y ya he vaciado un tonel 
      de vino, pero ¿qué hará 
      una gota sobre una roca ardiendo? -
      -Creo que puedo ayudarte -dijo Tontorrón-. 
      Vente conmigo y podrás beber vino hasta 
      que te hartes. 
      Lo condujo entonces a la bodega del rey, y 
      el hombre se abalanzó sobre los grandes 
      toneles, y bebió y bebió, hasta 
      que su cuerpo estaba a punto de reventar. 
      Y al finalizar el día había 
      acabado con toda la bodega.