Rotkäppchen
aber wußte nicht, was das für
ein böses Tier war, und fürchtete
sich nicht vor ihm. "Guten Tag, Rotkäppchen",
sprach er.
"Schönen Dank, Wolf."
"Wo hinaus so früh, Rotkäppchen?"
"Zur Großmutter."
"Was trägst du unter der Schürze?"
"Kuchen und Wein. Gestern haben wir gebacken,
da soll sich die kranke und schwache Großmutter
etwas zugut tun und sich damit stärken."
"Rotkäppchen, wo wohnt deine Großmutter?"
"Noch eine gute Viertelstunde weiter im
Wald, unter den drei großen Eichbäumen,
da steht ihr Haus, unten sind die Nußhecken,
das wirst du ja wissen", sagte Rotkäppchen.
Der Wolf dachte bei sich:"Das junge zarte
Ding, das ist ein fetter Bissen, der wird
noch besser schmecken als die Alte. Du mußt
es listig anfangen, damit du beide erschnappst."
Da ging er ein Weilchen neben Rotkäppchen
her, dann sprach er:"Rotkäppchen, sieh
einmal die schönen Blumen, die ringsumher
stehen, warum guckst du dich nicht um? Ich
glaube, du hörst gar nicht, wie die
Vöglein so lieblich singen? Du gehst
ja für dich hin, als wenn du zur Schule
gingst, und ist so lustig haußen in
dem Wald."
Rotkäppchen schlug die Augen auf, und
als es sah, wie die Sonnenstrahlen durch
die Bäume hin und her tanzten und alles
voll schöner Blumen stand, dachte es:
"Wenn ich der Großmutter einen frischen
Strauß mitbringe, der wird ihr auch
Freude machen; es ist so früh am Tag,
daß ich doch zu rechter Zeit ankomme",
lief vom Wege ab in den Wald hinein und
suchte Blumen. Und wenn es eine gebrochen
hatte, meinte es, weiter hinaus stände
eine schönere, und lief darnach, und
geriet immer tiefer in den Wald hinein.
|
Caperucita
no se asustó al verlo, pues no sabía
lo malo que era aquel animal.
- ¡Buenos días, Caperucita
Roja!
- ¡Muchas gracias, lobo!
- ¿Adónde vas tan temprano,
Caperucita?
- A casa de mi abuelita.
- ¿Y qué llevas en el delantal?
- Pastel y vino. Ayer hicimos pastelitos,
y le llevo a mi abuelita algo para que se
confortase, pues está enferma y delicada.
- ¿Caperucita, dónde vive
tu abuelita?
- Bosque adentro, a un buen cuarto de hora
todavía; su casa está junto
a tres grandes robles, más arriba
del seto de avellanos; de seguro que lo
sabes - dijo Caperucita.
El lobo pensó
-esta chiquilla está gordita, es
tierna y delicada y será un bocado
sabroso, mejor que la vieja. Tendrás
que ingeniártelas para pescarlas
a las dos.
Y, después de continuar un rato al
lado de la niña, le dijo
- Caperucita, fíjate en las lindas
flores que hay por aquí. ¿No
te paras a mirarlas? ¿Y tampoco oyes
cómo cantan los pajarillos? Andas
distraída, como si fueses a la escuela,
cuando es tan divertido pasearse por el
bosque.
Caperucita Roja levantó los ojos,
y, al ver bailotear los rayos del sol entre
los árboles y todo el suelo cubierto
de bellísimas flores, pensó
-si le llevo a la abuelita un buen ramo,
le daré una alegría; es muy
temprano aún, y tendré tiempo
de llegar a la hora. Se apartó del
camino para adentrarse en el bosque y se
puso a coger flores. Y en cuanto cortaba
una, ya le parecía que un poco más
lejos asomaba otra más bonita aún,
y, de esta manera penetraba cada vez más
en el bosque, corriendo de un lado a otro.
|