Der Wirt
stand in einer Ecke und sah dem Dinge zu;
er wußte gar nicht, was er sagen sollte,
dachte aber: Einen solchen Koch könntest
du in deiner Wirtschaft wohl brauchen. Der
Schreiner und seine Gesellschaft waren lustig
bis in die späte Nacht, endlich legten
sie sich schlafen, und der junge Geselle
ging auch zu Bett und stellte sein Wunschtischchen
an die Wand. Dem Wirte aber ließen
seine Gedanken keine Ruhe, es fiel ihm ein,
daß in seiner Rumpelkammer ein altes
Tischchen stände, das geradeso aussah;
das holte er ganz sachte herbei und vertauschte
es mit dem Wunschtischchen. Am andern Morgen
zahlte der Schreiner sein Schlafgeld, packte
sein Tischchen auf, dachte gar nicht daran,
daß er ein falsches hätte, und
ging seiner Wege.
Zu Mittag kam er bei seinem Vater an, der
ihn mit großer Freude empfing.
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El posadero
lo contemplaba todo desde un rincón,
sin saber qué decir, aunque para sus
adentros pensaba -¡un cocinero así
te haría buen servicio en la posada!-
El carpintero y sus invitados prolongaron
su jolgorio hasta muy avanzada la noche, hasta
que, al fin se fueron a dormir, y el joven
artesano se retiró también,
dejando la mesa prodigiosa contra la pared.
Pero el posadero seguía en sus cavilaciones,
que no le dejaban un momento de reposo, hasta
que recordó que tenía en el
trastero una mesita vieja muy parecida a la
mágica, y así, bonitamente,
fue callandito a buscarla y la trocó
por la otra. A la mañana siguiente,
el carpintero pagó el importe del hospedaje
y, cargándose a cuestas la mesita sin
reparar en que no era la auténtica,
reemprendió su camino. Al mediodía
llegó a la casa de su padre quien le
recibió con cran alegría. |